El otro día escuché unas palabras en un coloquio que me tocaron profundamente. El tema surgió acerca de las relaciones entre hermanos y, al mencionar la cuestión del cómo restaurar las relaciones rotas, me sorprendió una afirmación categórica de una persona: «Si está rota no hay nada que hacer»… 🤷🏻♂️🤔
¿En serio? Quiero decir, ¿cómo es posible que en un entorno cristiano se llegue a esta conclusión? ¿De verdad creemos eso? Siendo honesto y sincero, esto es algo que causa una tremenda preocupación, tristeza, enfado (sí, todo a la vez) y un deseo de tratar muy en serio este tema desde una perspectiva bíblica y, sobre todo, altamente práctica. Porque os lo digo en serio, a Dios le importan muchísimo las relaciones.
¿Cómo podemos hablar del amor de Dios si no mostramos amor los unos por los otros? Juan, el «apóstol del amor», se pone muy radical con esto (1ª Juan 4:19-20)
¿Cómo podemos decir que Dios restaura y hace nueva nuestra relación con Él si nosotros no hacemos lo mismo con nuestros hermanos?
¿Cómo podemos hablar de que el Evangelio y la Biblia es la Palabra de Dios y es la verdad si eso no se refleja en algo que todos pueden ver?
¿De verdad vamos a seguir manteniendo distancias de todo tipo que ponemos como muros por diferentes razones, teniendo muchas en común nuestro ego o nuestro yo herido?
¿De verdad pretendemos que la Palabra de Dios alcance a personas que no le conocen cuando nosotros preferimos seguir cualquier otro canal de comportamiento (llamadlo como queráis) más que los principios, instrucciones y pautas que dio el Señor a lo largo y ancho de las Escrituras?
¿Cómo podemos enseñar a otros cuando llegamos a lo que dice el mismo Señor Jesús en Mateo 18 y decimos que es muy complicado? Dicho sea de paso, esta expresión no me la han contado, la he escuchado personalmente varias veces y en diferentes ocasiones..😔
¿Cómo podemos hablar de lo que dice Jesús de «deja allí tu ofrenda y reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda» si JAMÁS somos capaces de parar todo tipo de actividad por solucionar, restaurar y poner en orden tal y como Dios lo dice? ¿Cómo podemos decir que estamos en orden con Dios si no lo estamos con nuestros hermanos?
¿Cuándo hablamos de la importancia que tiene participar de la Mesa del Señor, con el pan y el vino que el Señor Jesús instituyó, entendemos a lo que se refiere el «probaos a vosotros mismos» (1ª Corintios 11:28)?
Todo esto son preguntas que os planteo porque tienen una dimensión muy práctica, muy visible y tangible. Entonces, en contraposición, vemos cosas como la que está ocurriendo en Asbury (Kentucky, USA) y surgen voces que dicen que esto no puede ser así, que en los avivamientos se han de dar una serie de condiciones y de puntos…. ¡Ejem! ¿Estás hablando de que el Dios soberano se tiene que sujetar a tus esquemas? Increíble. Y no digo que sea o que no, simplemente hay dar tiempo a ver los resultados sobre todo en la vida práctica de la gente….
Lo que pretendo es haceros pensar de que nos planteemos en serio si de verdad queremos un avivamiento en donde vivimos (en mi caso en España) porque una de las características de un avivamiento es que es muy práctico de una manera visible, tangible y que todo el mundo ve. Otra cuestión es que lo crean.
Así que, tú que estás leyendo estas líneas, si de verdad queremos ver la mano de Dios obrar hemos de plantearnos qué estamos haciendo en nuestras vidas, en nuestras familias y en nuestras iglesias con la proyección que eso tiene para nuestro entorno. Las preguntas que planteo forman parte de un aspecto de la vida cristiana muy práctico. Hay más.
¿Nos ponemos manos a la obra? ¿Quieres orar conmigo?
Empecemos por ahí….
Las palabras clave de este texto son «Dios soberano», me gusta que se reconozca que estamos encasillando a Dios porque es el primer paso, y dejamos de ver que su soberanía va más allá de nuestros insignificantes planes y estructuras mentales del cómo deben ser más cosas.
Me está gustando ver el avivamiento en Asbury porque rompe con nuestros esquemas del cómo pensamos que debería ser un avivamiento, (y es porque quizás no hemos tenido uno).
Me quedo con lo que dicen, las personas van y reconocen sus pecados, arreglan sus relaciones con Dios y con los hombres y empiezan a adorar.
Ese si es un orden que se debe seguir.
Gracias Rubén por compartir esto.
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