Sobre el discipulado (2)

Una de las cosas que personalmente me tocó experimentar con respecto a la vida cristiana es que, al menos en mi caso, no se enseñaba de una manera práctica a usar todos los recursos que podemos usar para profundizar nuestra relación con Dios, para ser de mayor edificación y estímulo a nuestros hermanos en la fe y para ser más eficaces a la hora de compartir con personas que no conocen a Dios que nos rodean e interactuamos a diario.

Hoy quiero compartir los tres elementos que son claves para mantener una correcta salud espiritual en tu vida que son válidos para todo creyente. Probablemente no te voy a decir algo nuevo o impresionante, no obstante estoy completamente convencido que hemos de refrescar nuestro concepto de espiritualidad porque es trascendental para los tiempos que nos tocan vivir y para beneficio nuestro y también para las siguientes generaciones.

Comenzaré diciendo que, básicamente, las tres maneras de incrementar nuestra relación, crecimiento y profundidad en nuestra relación con Dios son:

  • La lectura o audición de la Palabra de Dios – Ambas son muy necesarias. Las dos. Supongo que alguien puede argumentar que la lectura es lo mejor pues no es lo mismo leer que oír… Permíteme contestar: «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios» (Romanos 10:17). Con esto quiero reafirmar que ambas son necesarias. Leer te permite ejercitar la memoria fotográfica que todos tenemos (unos más y otros menos) y te ayuda a interiorizar lo que Dios dice. El escuchar la Palabra de Dios leída, también ejercitamos algo muy importante que es la capacidad para escuchar a otros. En un ejercicio que deberíamos hacer todos porque actualmente observamos (a mí me pasa también, no creas que soy mejor que tú) que no hay mucha paciencia para escuchar con calma a otros. Te he citado este versículo porque, sorprendentemente, no habla de llegar a ejercer la fe por la lectura, sino por el oír o escuchar. De hecho, en las sinagogas se iba a escuchar la lectura de la Torá, un ejercicio habitual que creo que deberíamos considerar de manera seria extendiéndolo a toda la Palabra de Dios. Así que nos puede ayudar tener alguna aplicación de la Biblia que podamos escuchar en diferentes ocasiones mientras caminamos por la calle, si en nuestro trabajo lo podemos compatibilizar (en mi profesión en los desplazamientos, por ejemplo) o apartar un tiempo deliberadamente para escuchar la Palabra de Dios. Leer también es muy importante y hoy en día tenemos la posibilidad de llevarla a todas partes en nuestros teléfonos o celulares inteligentes. Lanzo la pregunta: ¿cuántas veces tenemos unos minutos libres y, en vez de aprovechar para hacer la lectura de la Palabra de Dios, estamos leyendo otras cosas (que no son malas en sí mismas) pero que nos quitan las oportunidades de reforzar nuestra vida espiritual? Te confieso que es una batalla en mi propia vida.
  • La meditación de la Palabra de Dios – Esto requiere que sea intencional. Se ha de decidir, se ha de planificar, se ha de apartar ese tiempo para estar ante Dios mismo.  Y hemos de cortar cualquier intento de estorbo para ese tiempo, porque habrá esa batalla. El teléfono, el correo electrónico, los niños, tu mujer o tu marido, tus compañeros de trabajo o de clase, un sinfín de cosas que, curiosamente, intentarán interferir para llamar nuestra atención y desviarnos de la cita que hemos de tener  con Dios. Hemos de tener esa decisión firme de encontrarnos con Él. Ahora bien, en  mi juventud escuchaba y leía acerca del llamado «tiempo devocional» o, como he mencionado, la meditación de la Palabra de Dios… pero nadie te explicaba prácticamente cómo hacerlo. Es por esa razón que he grabado un pequeño vídeo altamente práctico con algunas sugerencias que puedes ver aquí.
  • El estudio de la Palabra de Dios – Seguramente pensarás que voy a decir que esto también ha de ser intencional. ¡Y tienes razón! La diferencia con la meditación es que esto es más profundo y requiere de una dedicación personal, de un método de estudio y de un análisis. Para todo estudio hay una serie de herramientas indispensable que se ha de tener para poder desempeñar de manera efectiva y con el objetivo correcto en el propósito del mismo. Conviene señalar aquí que esto es lo que se denomina comúnmente teología, del griego theos (dios) y logos (estudio), con lo que el propósito y objetivo es conocer a Dios más profundamente desde algo experimental personal. «Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová» (Jeremías 9:24). ¿Cuáles son estas herramientas indispensables? Permitidme dejaros con la intriga hasta la siguiente parte de esta serie. solamente queda decir que el tipo de estudio puede ser sistemático (de un libro de la Biblia concreto o un grupo de libros), temático (de un tema concreto mirando lo que dice Dios a lo largo de la Biblia) o concreto (de un pasaje o sección de la Biblia específico). A lo largo de esta serie iremos viendo cada uno de ellos para poder usar el que mejor vaya a cada quien.

Ahora bien, este artículo va enfocado sobre todo al tiempo devocional. Lo del tiempo del estudio bíblico lo veremos más adelante. Se trata de ir aprendiendo poco a poco. No obstante te voy a dejar unas preguntas de referencia para que puedas tenerlas como guía:

¿Hay un pecado que confesar y apartar de mi vida?

¿Hay una promesa para creer y con la cual alentarme?

¿Hay un buen ejemplo que seguir o imitar?

¿Hay un mandamiento que obedecer?

¿Hay un mal ejemplo, un tropiezo o un error del cual debo guardarme y evitar?

¿Hay una oración para repetir o imitar?

¿Hay un pensamiento acerca de Dios o un atributo de Dios para apreciar?

Es el deseo de mi corazón de que realices este tiempo especial tú a solas con Dios para que te enamores completamente de Él y puedas experimentar de manera personal que quiere trabajar directamente contigo. Puedes comenzar con Proverbios (tiene 31 capítulos, un  capítulo para cada día del mes), con los Salmos, o con el Evangelio de Juan… Hay muchas sugerencias para poder realizar. ¡Lo importante es que lo hagas!

Para motivarte, te animo a que me comentes cómo te va y qué te parecen estas pautas

¡¡Dios te bendiga!!

Publicado por

rubenfdezvquez

Padre de familia, conductor de tráiler y predicador de la Palabra de Dios. Alguien normal y corriente

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