En estos días que están siendo difíciles para todos debido al confinamiento en nuestras casas, debido a salir a trabajar asumiendo el riesgo (en mi caso), debido a estar atendiendo a personas enfermas viendo morir a personas y lo triste que es padecer un caso de contagio con la separación y tristeza cuando eso ocurre (médicos y enfermeras), debido a estar realizando tareas de limpieza (gracias a todo ese personal), debido a estar atendiendo a la gente que va a comprar con todas las escenas que les toca ver (cajer@s y reponedores/as), debido a esos agricultores, ganaderos y pescadores que faenan sin descanso para que no falte de nada, debido (en fin) a esa abstinencia de contacto que a los seres humanos nos gusta y necesitamos; es más frecuente en las redes y en la vida de la gente ver y escuchar manifestaciones de cariño. Se nos dice que verbalizar esas palabras ayuda, cosa que nadie pone en duda.
Hace unos días reflexionaba en un vídeo en mis redes sociales (si lo quieres ver) sobre el amor de Dios a raíz de unas palabras escritas de una buena amiga. Prometía una serie de artículos sobre el vasto tema del amor de Dios. Anticipo que es imposible tocarlo todo, pero al menos espero poder despertar vuestro interés por algo que rompe los moldes del pensamiento humano. Así que vamos a empezar viendo
Qué es el amor de Dios
Es imposible definirlo en una sola frase. Para conceptos tan grandes y profundos, a veces, va bien ver qué está relacionado con ello o ver lo que NO es.
* NO es un sentimiento, aunque obviamente están involucrados los sentimientos.
* NO es un acto, aunque se manifiesta a través de acciones.
* NO es un conjunto de palabras, aunque sí que se verbaliza.
Todo lo anterior sumado, entremezclado y elevado a la máxima potencia en nuestras mentes no daría para definir el amor de Dios.
Las palabras usadas en el Nuevo Testamento
Hay básicamente tres palabras en el idioma griego (que fue en el que se escribió el Nuevo Testamento) que tienen que ver con las diferentes acepciones de la palabra amor.
* «Philanthropia» – Traducido a nuestro idioma sería el amor filial entre seres humanos en todas sus acepciones y relaciones afectivas.
* «Eros» – Usada muy concretamente para el amor relacionado con el sexo y todo que tiene que ver con ello. De hecho es de donde viene nuestra palabra «erótico».
* «Agapao» – Es una palabra con un significado muy profundo que Dios toma siempre para referirse a su amor.
Si quieres saber el concepto que una persona tiene de sí mísma, puedes pararte a escuchar cuando habla acerca de lo que es y se puede conocer entonces dónde está lo que es más importante para esa persona. Una vez escuché a alguien decir «soy electricista, aunque ahora ando con un camión porque es de lo que puedo trabajar ahora.» Esta persona nunca podrá entender a las personas que amamos este oficio, que nos emocionamos con el ruido de un motor, o que cuando acabamos nuestras jornadas si escuchamos que hay una concentración o exposición de camiones, allá vamos (pobres, nuestras familias…). Probablemente nunca entenderán lo que es SER camionero porque simple y llanamente no lo son.
Cuando Dios se define, aunque tiene muchos atributos (o cualidades, por decirlo de alguna manera) nos sorprende con la afirmación de que Dios ES amor (1ª Juan 4:8). Esto es su esencia, es con lo que Dios más se identifica, lo que nos muestra sus realidades e intimidades más profundas. Dios ES amor.
Hay una frase muy extendida en nuestras comunidades par definir el amor más alto, noble y sublime que una persona, muchas veces se aplica a Dios también, puede tener. Se suele decir que quien ama de verdad lo hace «sin esperar nada a cambio».
Déjame decirte que eso no es cierto. No se aplica con los seres humanos y menos se aplica al Ser Supremo.
Pero esto es tema para el siguiente capítulo…
No son propiedad, son algo muy diferente…
Ya ha dado mucho que hablar las palabras de la ministra Celaá, de la ministra Irene Montero y de la portavoz Maria José Montero sobre todo en referencia a las palabras de la primera mencionada y que ha sido contestada ampliamente por muchas personas de diferentes medios, partidos políticos y diversos entornos. Lo que ha quedado de manifiesto es el peligro que hay en la pretensión de que sea el Estado quien pretenda formar ideológicamente a base de charlas y exposiciones no tuteladas o sujetas a la aprobación previa de los padres, vulnerando así uno de los principios que sí recoge la Constitución Española que sí ampara a las familias, a progenitores y menores, de una manera amplia. Quien quiera conocer términos legales, puedo ofrecer información recogida de personas expertas en el ámbito jurídico.
Las palabras de la ministra Irene Montero también merecen ser tenidas en consideración. Cito: «Los hijos de padres y madres machistas tienen el mimo derecho que el resto a ser educados en la libertad, en feminismo y en igualdad, y de amar a quien quieran, como quieran y cuando quieran». Esta afirmación tiene varios puntos a considerar: tiene una grave contradicción porque reacciona al machismo con feminismo a la fuerza (por lo tanto no hay la libertad que afirma después; abre un interrogante que debería hacernos preguntar cuál es el baremo para calificar a unos padres como machistas u homofóbicos porque si el criterio es subjetivo no es imparcial y, para concluir, con ese «a quien quieran, como quieran y cuando quieran» abre la puerta a todo tipo de aberraciones, pederastia y abuso sin ningún tipo de condena porque entra (según ellas) «dentro de los derechos fundamentales del menor».
Cuando escuchaba estas palabras en mi camión me venían multitud de pensamientos y como no los voy a exponer todos, dejadme que al menos exponga un punto con algo que ha marcado mi vida como padre y que anticipo que estamos en ello y que no es fácil llevarlo a cabo.
¿Qué dice Dios respecto a todo esto? Hay muchas cuestiones respecto a la familia que están siendo polemizadas, atacadas y descalificadas como anticuadas y obsoletas. Es imposible tratarlas todas en un artículo, pero dejadme decir al menos que Dios tiene mucho que decir acerca de la familia. Es su diseño e invento
Hay un aspecto en el cual entiendo que personas como las ministras (y muchos otr@s) alcen la voz referente hasta dónde los padres han de intervenir y es necesario reconocer que en muchos ambientes conservadores se ha abusado de la autoridad paterna al marcar a los hijos e hijas con todo un programa de objetivos que tenían que cumplir. Es un tema muy amplio también, pero lo que marca la Biblia es muy diferente a lo que podemos pensar, incluso es diferente a su propio contexto temporal y cultural.
En primer lugar, Dios marca que los menores son personas, lo cual parece muy obvio pero en el contexto en el que se escribió a lo largo de los siglos los niñ@s no eran tratados así. Eran poco menos que mercancía intercambiable con cualquier cosa que hiciera falta en el momento. Dios en la ley de Moisés estableció unas medidas de protección y reglas que se debían de tener en cuenta. Es verdad que a lo largo de los siglos se fue tergiversando por los hombres, pero la ley está escrita y dice lo que dice. Jesús en el Nuevo Testamento puso un contraste al darle el sentido a la ley tratando a las mujeres con respeto (cosa que sus contemporáneos no hacían) y dedicando una atención especial a los niños. Te invito a leer los pasajes que hablan de los niños en los evangelios y te darás cuenta. No era normal, chocaba con lo que ocurría a diario.
En segundo lugar, aunque los menores eran personas dignas de respeto y consideración, también son dignos de orientación y educación cuya responsabilidad recae en los padres. Otra cosa son los conocimientos, pero la educación moral es establecida como deber de los padres.
En tercer lugar, Dios usa unas ilustraciones para explicar lo que son los hijos y cómo Él los ve, para nuestro conocimiento y enseñanza. Voy a citar el Salmo 127:3-5 para que veáis cómo explica la Biblia algo tan bonito como la familia: «He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.» Poesía oriental que nos da una serie de pistas sobre cómo Dios ve a los hijos que Él nos da y cómo espera que los tratemos:
- «Herencia de Dios» – Cuando uno recibe una herencia es para recibirla, disfrutarla y administrarla bien. Es nuestra responsabilidad hacerlo óptimamente. Esto daría para un sinfín de reflexiones, pero tal vez en otro momento.
- «Cosa de estima» – Textualmente podría traducirse también como «recompensa», una preciosa palabra cuando un embarazo en el día de hoy para muchos es una molestia, una carga y algo muchas veces inoportuno. Según Dios, hemos de ver los hijos como dignos de gran aprecio y de alto valor
- «Saetas» – Podría traducirse «flechas». Esta ilustración personalmente me encanta y me hace pensar muy profundamente. Cualquiera que haya tirado con arco (por rústico que sea) sabrá que una flecha no sirve para nada en el arco si no la sueltas. Esta es la gran lección y aplicación para nosotros: los hijos se han de encaminar, se han de enseñar, de formar y capacitar pero también se han de SOLTAR. Y es triste y desgarrador para ambas partes cuando padres, me atrevería a decir que sobre todo las madres (hay de todo), no entienden que los hijos son personas y que, por diseño divino, no son propiedad de los padres sino una flecha que has de soltar por su bien y por el tuyo. Una flecha la sueltas en un momento, pero los hijos se han de ir soltando de forma más paulatina.
Evidentemente, hay hay muchísimas más enseñanzas sobre la familia en la Biblia. Esto esto es para que veamos la gran contradicción que manifiestan las ministras al hacer tales afirmaciones que son dignas de cualquier régimen totalitario. Hay un equilibrio perfecto en el diseño de Dios al poner de manifiesto el respeto y la dignidad del individuo y el papel de los padres en la formación y la educación de esas personitas que son de tanto valor para Dios.
La conclusión es que el problema no está en lo que Dios dice, sino en la sutil manipulación que las ideologías totalitarias quieren hacer en las mentes de aquellos que son más fáciles de manipular: los niños y niñas. Si no seguimos el equilibrio del diseño de Dios, siempre serán ellos los que pierdan.
¿Qué pasa con el sexo?
Sé que llevaba mucho tiempo sin publicar, pero ha sido por muchas incidencias y cambios que hemos tenido que afrontar como familia. Así que os pido disculpas.
Hoy hago algo diferente. Normalmente no suelo comentar noticias de actualidad aquí, lo suelo hacer a través de las redes sociales, pero creo que es necesario ante esta noticia que salió el pasado día 8 de Octubre y ampliada con otra del día 10. En el título que os pongo podéis leer la noticia tal cual salió publicado: Josep Bargalló anuncia que en tres años todos los colegios tendrán integrada la educación sexual desde los 3 años
Se pone como una novedad, un avance y algo muy positivo además de calificarlo como algo pionero en Cataluña al introducirla desde esa tierna edad. En la actualidad sólo tres autonomías trabajan con esta «asignatura» en secundaria: Comunitat Valenciana, Aragón y Navarra. Sigo leyendo y me encuentro con estas palabras: «Las instrucciones de inicio de curso y las oposiciones de profesorado ya incorporan la obligación de tener perspectiva de género en todas las programaciones«, palabras del mismo conseller. Dicho en otras palabras, si quieres ser profesor, estás obligado a estudiar y dar la clase tal y como te dicen que la des.
Con el fin de respaldar que es algo bueno, en la otra noticia que os pongo a continuación se da un argumento: «Una buena educación sexual puede ser un contrapeso del porno». Ahora bien, no estoy para nada de acuerdo con el mundo de la pornografía y toda la industria que rodea este ámbito. Me llama la atención de que le den un tinte educativo cuando si quieres acabar con esta industria podrías hacerlo de maneras mucho más directas y eficaces. Estoy de acuerdo de que a los más jóvenes (pienso sobre todo en preadolescentes y adolescentes) se les ha de hablar claramente acerca de lo que oculta este mundillo que no se dice y que lo que parece ser todo fiesta y pasarlo bien, no lo es tanto y que lo que se silencia es la vaciedad que deja, los muchísimos conflictos y traumas con los cuales hay que luchar, muchos de ellos de por vida.
Esto debería llamar nuestra atención porque lo que esto significa es manipulación ideológica y mental a temprana edad con cuestiones morales que los padres deberíamos enseñar bajo el criterio familiar, quiero recordar que el criterio que redacto en este blog es lo que dice la Biblia.
¿Por qué esta obsesión con el sexo? Bajo mi modesta opinión, creo que los niños van al colegio a estudiar matemáticas, historia, ciencias, idiomas…. Es decir, asignaturas que les forman para ser unas personas útiles a la sociedad. En los temas morales es responsabilidad directa de los padres por lógica y por prescripción bíblica, porque a Dios le importa como somos y los valores que debemos adquirir principalmente porque somos creación suya y sabe mucho mejor cómo funcionamos. A partir de toda esta influencia está abierto el campo a toda esta ideología acerca del género de nuestros días, a ver cómo colegios han escenificado en vivo y en directo el acto sexual….. Hay un sinfín de maneras de pervertir ese derecho biológico, moral y legal que comentamos antes de las diversas formas que ofrece esta iniciativa.
Hay muchísimos puntos que tratar en torno a esto, soy consciente, el tema es muy amplio y actual, y no se puede en un sencillo artículo tocarlo todo. Lo único que digo es que la Biblia habla de multitud de temas relacionados con la moral y, vamos a ser concretos, también habla acerca del sexo, el amor, las relaciones conyugales, noviazgo, matrimonio, divorcio y muchas cosas más de manera clara y concreta. Lo triste es que, ocurre a menudo, no se lee ni se quiere escuchar acerca de ello porque hay un prejuicio establecido que estima que la Biblia es arcaica, inconsiderada con los gustos de las personas y rígida en cuanto a normas en torno a estas cuestiones…. ¿de verdad?
Os invito a hacer una cosa. Podéis visitar mis perfiles en las redes sociales o el mail que tengo en el blog y podéis sugerir puntos a tratar en torno a este tema. Será en lenguaje claro, ameno y sin complejos. ¿os apuntáis?
Dios y el trabajo
Si seguís a algún compañero o compañera de profesión en seguida os podréis dar cuenta de que una cosa es lo que sale por la tele, las radios y otra muy distinta es lo que nos toca vivir a l@s chóferes en nuestros trabajos diarios. También es fácil ver que, como en todas las profesiones, hay personas que quieren cobrar mucho y trabajar poco, hay quienes reclaman lo que estipula la ley (no entramos en si es justa o no) y hay quienes se rebajan para conseguir un trabajo aunque eso signifique poner en jaque a todos los demás con ese obrar.
En un mundo donde la competencia es brutal, en el que la tendencia es que las grandes corporaciones aprisionan, ahogan y hacen la vida imposible al pequeño productor, los pequeños comercios y los autónomos, asalariados y demás personal que luchan por su existencia, ¿tiene Dios algo que decir de todo esto? ¿Es el trabajo una maldición?
Empecemos por esto último que acabo de poner. Hay una idea en nuestro subconsciente de lo que sería estar en el paraíso, en el cielo o en un estado de cosas donde todo sería disfrute y actividad festiva. Esto está trasladado en las religiones y mitologías de diferentes maneras con unas versiones más o menos fantasiosas. Cuando nos acercamos a la Biblia con esta idea preconcebida y leemos cómo estaban Adán y Eva en el huerto del Edén nos hacemos a la idea de que no daban golpe y todo era tomar el sol, comer y hacer el amor en el paraíso (permitidme ser así de claro)…. Nada más lejos de la realidad que nos describe la Biblia.
Los primeros seres humanos tenían actividad, mucha actividad.
En primer lugar, cuando Dios puso en el huerto al ser humano, lo puso con el propósito de que lo «labrara y lo guardase» (Génesis 2:15). Si eres de campo como yo o has trabajado en algo similar, sabrás por experiencia que el agricultor tiene mucho trabajo durante el año. Su actividad no cesa. Cambia de tarea en todo caso, pero nunca para de hacer cosas relacionadas con el objetivo de que sus cultivos alcancen unos resultados óptimos.
En segundo lugar, había un momento en el cual Dios mismo se paseaba con el ser humano por el huerto. ¿Para qué? No nos lo dice la Biblia, pero probablemente para enseñarle el funcionamiento de todo el huerto entre otras cosas. Es lógico que el Creador de todo lo que vemos enseñara a los primeros seres humanos cómo es el funcionamiento de las cosas. De hecho, todo agricultor mínimamente informado y con un poco de práctica conoce reglas y asociaciones de plantas que se benefician mutuamente. Un ejemplo: si plantas un surco de tomates y a continuación un surco de zanahorias ocurre que el de zanahorias ahuyenta el bichillo que come el tomate y el del tomate ahuyenta al de la zanahoria. Y esto es un solo ejemplo de muchas cosas que los antiguos conocían y que se están redescubriendo con la agricultura ecológica, la lucha integral, los bancales profundos y muchas técnicas más sin pesticidas y herbicidas que está más que demostrado que son un tremendo veneno que altera el diseño natural puesto por Dios.
En tercer lugar, cuando entró el pecado a través de nuestros primeros padres, se suele creer que Dios castigó al ser humano (más concretamente al varón) con el trabajo. Hemos visto que el trabajo existía en el huerto del Edén y nos relata Génesis que todo lo que fue creado fue «sobremanera bueno», con lo que incluye las labores concernientes a ello. Veamos lo que pone: «Y al hombre dijo: Por cuanto
obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.» (Génesis 3:17-19) El castigo de Dios para el ser humano, entre otras cosas, fue el resultado de ese trabajo y cómo produciría la tierra más hierbas malas que las plantas necesarias para el sostenimiento de la comunidad humana. De eso también el que ha trabajado un poco en el campo tiene pruebas por la experiencia. Constantemente has de estar limpiando y sacando malas hierbas que ahogan una plantación e, incluso, pueden arruinar una cosecha.
Por todo esto que acabo de escribir, hemos de llegar a la conclusión de que el trabajo no es una maldición, sino que forma parte del diseño de Dios para el ser humano. De hecho, hay estudios que muestran que si no tenemos algún tipo de actividad laboral (me estoy refiriendo a personas que tienen una condición mínimamente sana) nuestro cuerpo y nuestra salud física y mental se resentirá muchísimo.
Ahora bien, ¿y no ha dicho Dios nada más acerca de las relaciones laborales? Pues de eso hablaremos en los siguientes artículos. Continuará….
A propósito de las madres…
No soy un gran amigo de celebrar días concretos que celebra todo el mundo tal vez porque lo celebren de verdad, o tal vez porque queda «cool» en tu perfil de Facebook, Instagram, Twitter o cualquier otra red social, o tal vez porque celebrándolo así cada año (o cada cuanto sea) eso sirve para acallar la conciencia de lo que haces el resto del año…
Cuando uno se pone a hablar de la que le trajo al mundo, su madre, se tendría que parar a escuchar la historia de cada una de ellas con sus virtudes y con sus defectos pero que son una especie o tipo de ser humano que es una maravilla si lo pensamos bien. Cualquier médico o anatomista nos puede explicar las fases del embarazo, pero todavía hoy en día a pesar de los avances de la ciencia, se cumple el pasaje bíblico que dice: «Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas«. (Eclesiastés 11:5) ¡Menuda comparación! Sigue siendo una auténtica maravilla cada vez que una mujer desarrolla una vida dentro del vientre. Diseño del Creador…
Las madres son muy mencionadas en la Biblia poniéndonos grandes madres de ejemplo, sin esconder sus carencias y defectos, y dándoles el lugar de honor que les corresponde. Hasta Jesús mismo cuando estaba en la cruz dando su vida por ti y por mi, se preocupó de que su madre quedara atendida por parte del evangelista Juan (te invito a leer en Juan 19:26-27) Lo cual nos deja una enseñanza muy clara acerca de la atención a nuestros mayores por parte nuestra cuando lo necesitan. Es triste, muy triste ver a madres desamparadas hoy en día.
Dejadme mencionar tres pasajes que hablan claramente acerca de la igualdad del respeto que los hijos han de tener a los progenitores, pero observad que el punto de vista que pone acerca de la relación con un padre o con una madre son diferentes. Cualquiera que tenga dos dedos de frente reconocerá que no es lo mismo un padre que una madre, generalmente hablando, el tipo de relación es diferente. Transcribo los textos:
«Hay generación que maldice a su padre y a su madre no bendice. El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseñanza de la madre, los cuervos de la cañada lo saquen, y lo devoren los hijos del águila.» Proverbios 30:11 y 17
«El hijo sabio alegra al padre; mas el hombre necio menosprecia a su madre.» Proverbios 15:20
«El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre.» Proverbios 10:1
Creo que no merecen mucha más explicación. Dicho sea de paso, el libro de Proverbios es un tipo de escrito denominado escritura sapiencial por los eruditos, que tiene muchísima enseñanza sobre la familia, el lugar de cada uno dentro de la unidad familiar, cómo ser sabio y sobre todo el respeto y lugar que merece Dios en medio del hogar. Tiene 31 capítulos y da para leer un capítulo al día. ¡Os lo recomiendo encarecidamente!
Hablando ya más personalmente, puedo decir que con mi madre he tenido muchísimas conversaciones en mis años rebeldes de adolescencia… más bien muchas discusiones y enfrentamientos verbales por ver las cosas de otro modo, o por no entender determinadas cosas que ahora sí entiendo (algunas, otras sigo sin entender… ) Mucha paciencia tuvieron mis padres y sobre todo mi madre. Muchos quebraderos de cabeza le he dado, pero siempre ha intentado enseñarme lo correcto a pesar de las dificultades, las adversidades y todos los demás problemas que tuvieron. Muchas veces ha doblado las rodillas para pedirle a Dios que me guardara y me cuidara… y en el punto álgido de un camino tortuoso tuvo que hacer lo más duro para una madre: «Dios, yo ya no puedo más. Te entrego a mi hijo porque yo no puedo hacer más por él. Si se cae a un barranco y se mata, que se mate. Si se muere en un accidente, que lo haga. Pero yo ya no puedo hacer más por él. Le he intentado enseñar Tus caminos todo lo que he podido, pero ya no puedo más….. Así que ahí lo tienes….» Palabras textuales de mi madre. Al poco de este tiempo, puedo decir con honestidad que Dios tocó mi corazón.
Hoy, y siempre, (porque para mí el día de la madre son todos los días, al igual que el día del padre) doy gracias a Dios por mi madre. Es un ser humano como todos, pero es mi madre y en el plan de Dios, es la mejor que me ha podido dar. ¡¡Te quiero mucho, mamá!!
…. esos recuerdos de antaño
No es la primera vez, y espero que no sea la última, que me encuentro con compañeros de profesión que llevan muchos años en esto del volante y que cada vez que coincido con alguien así, intento que me cuenten sus batallas y los recuerdos que tienen de cuando empezaron en “sus tiempos mozos”. Haciendo esto me he encontrado con todo tipo de personas y me ha tocado escuchar todo tipo de frases tanto en positivo (el transporte ha cambiado mucho en la tecnología para mejor) como en negativo (los de ahora no sabéis lo que es viajar en Pegaso y por nacional todo). Una variedad de frases que no voy a escribir aquí porque esto no quiere ser una crítica a estos veteranos del volante ni a ningún veterano o veterana de ninguna profesión. Antes bien, desde este blog mi profundo respeto y admiración.
Hablando del conflicto intergeneracional que forma parte de la vida, en el artículo anterior veíamos una parte minúscula de lo que dice Dios acerca de cómo quiere que nos comportemos ante nuestros mayores, nuestros padres, abuelos y compañeros con más años que nosotros. Pero si leemos un poco más, veremos que también tiene instrucciones y ejemplos acerca de cómo Dios quiere que los mayores traten a los que vienen detrás. Dios es así de bueno y perfecto.
¿Me acompañais a ver unos ejemplos?
Moisés y Josué
El primero el gran líder que guió al pueblo de Israel a la libertad de la esclavitud con el joven que estaba a su servicio. Cuando estaban llegando a la tierra prometida, Dios mismo le encargó a Moisés que lo designara como sucesor y le encarga varias veces “¡Anímale!” Os dejo los pasajes para que los podáis leer: Deuteronomio 1:37-38; 3:23-29. Y en este pasaje siguiente se ve cómo Moisés lo tuvo que hacer delante de todo el pueblo en Deuteronomio 31:7-8. Impresionante
Elías y Eliseo
Dos profetas, uno curtido en mil batallas y desafiando al rey y a la reina, y el joven Eliseo siendo preparado y enseñado por el mayor. Llega el momento de la despedida y es de mucha sorpresa lo que le dice Elías a Eliseo: “Pide lo que quieras que haga por ti, antes que sea quitado de ti”. Los dos sabían que no se iban a ver más. Y Eliseo no se quedó en ser como Elías, sino que pidió el doble….. ¿Tú que hubieras pedido?
Pablo y Timoteo
Ambos desarrollando un ministerio que cambió el mundo de su tiempo llevando las buenas noticias de parte de Dios por buena parte de lo que es el actual sur de Europa. Aquí se ve en esta ocasión cuando Pablo, el gran apóstol por antonomasia (eso según el diccionario enciclopédico) tiene que enviar a Filipos al joven Timoteo. Lo que dice de él es digno de mención: “Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que ten sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él que como hijo a padre ha servido conmigo en el Evangelio.” (Filipenses 2:19-22)
Pablo también tiene encargos en sus cartas personales a Timoteo y de ahí podemos ver el gran cariño que le tenía al joven.
Juan y los jóvenes
Curiosamente, el apóstol Juan, que es llamado popularmente el apóstol del amor pero que era muy radical en sus planteamientos, tiene dos palabras para los jóvenes que nos broncas sino reconocimiento y ánimo. Están en 1ª Juan 2:13 y 14. “Os escribo a vosotros jóvenes porque habéis vencido al maligno….Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”. Aquí nos da varias claves sobre nuestra vida práctica, pero viendo el pasaje desde el tema que estamos tratando, nos resulta aleccionador que el apóstol, que ya era anciano, escriba de esta manera a los jóvenes reconociendo su fortaleza y perseverancia en las Escrituras. Esto no son palabras corrientes.
Poniendo estos ejemplos, que hay muchos más, podemos entresacar pautas acerca de cómo Dios quiere que los que tienen más experiencia, veteranía y años hagan con los que son más jóvenes que ellos y por consiguiente, no tengan tanta experiencia, veteranía y años.
Animar y encomendar. Esto es lo que nos muestra el primer ejemplo
Atender hasta el último momento. Esto es lo que vemos en el ejemplo de Elías y Eliseo
Recomendar y dar valor delante de otras personas. Eso era lo que hacía el apóstol Pablo con Timoteo
Decir la verdad poniendo el énfasis en lo que verdaderamente hace fuerte a una persona. Eso lo hacía el apóstol Juan en sus cartas
Antes de concluir, dejadme decir algo que es obvio: Esto es un ciclo. Si hoy somos jóvenes, dentro de unos años estaremos al otro lado de la acera. Hemos de tener esto en cuenta porque lo que no nos gusta que nos hagan ahora, lo podemos hacer luego nosotros y que lo veamos normal. Es muy fácil repetir patrones que no nos gustan ahora.
A los veteranos y veteranas de la vida, con esto que hemos estado considerando de una manera muy breve, es lo que Dios desea que hagas con las personas que no llegan a tu edad. Tal vez no tengan la experiencia, vista y conocimiento de la vida como tú. Tal vez hasta te vuelvan la cabeza loca con tantas cosas nuevas que salen ahora que parece que cuando acabas por aprender algo, ya sale otra cosa nueva que te es difícil asimilar. Tal vez no entiendas muchas veces la conversación de los jóvenes, su jerga, y su modo de vestir; pero lo cierto es que son el futuro y, me atrevería a decir que son el presente, y que necesitan tanto como el respirar que intentes entenderlos, animarlos y sobre todo decirles la verdad de una manera cercana y sin tapujos.
Lo cierto es que la Biblia nos muestra un equilibrio perfecto entre todos los tramos de edad y las diferentes generaciones. Todas son necesarias y, aunque pensemos lo contrario, nos necesitamos todos. Cuanto antes entendamos todo esto, mejor nos irá a todos.
Esas ideas locas….
Hola a todos. Gracias por estar ahí. Hoy quería hacer algo especial, ya que tal y como pone el blog, el propósito es tocar temas bíblicos y vida práctica. Los temas bíblicos los vamos tocando en los artículos que voy subiendo cada semana, diez días… es decir, cuando esta profesión me da momentos de pausa y puedo pararme a escribir tranquilamente. El apartado de vida práctica creo que es mejor tocarlo de esta manera de cuando en cuando, porque también ameniza mucho más y no es todo escrito. Aunque os adelanto que serán vídeos cortos tocando estos temas que nos afectan a todos…. ¡ya veréis!
Hoy el tema que os quiero tocar brevemente es el del conflicto intergeneracional. Cuando somos jóvenes nos encontramos muchas veces que las personas mayores o con cierta autoridad en determinados campos tienden a menospreciar o, vamos a decirlo así, a no dar tanta categoría a los que no tienen su mismo rango de edad. Por otra parte, los que vamos cumpliendo años nos parece que la juventud de hoy en día está loca perdida, no tienen el mismo respeto que en “nuestros tiempos” y cosas así que se suele comentar. Ahora bien, esto que acabo de decir es más viejo que el comer, porque siempre que se cambia una generación ocurren estas situaciones parecidas, pueden cambiar los elementos, los gustos musicales o los accesorios pero no el fondo de la cuestión. ¿Dice algo la Biblia sobre esto o sólo trata acerca de cuestiones espirituales?
Déjame decirte que Dios es un Dios práctico y que cuando trata cosas de orden moral es terriblemente claro, conciso y concreto. Ocurre muchas veces que nos sorprende tratando cuestiones de nuestra vida diaria y de nuestras relaciones con los demás de una manera que no estamos acostumbrados tal vez.
De los jóvenes a los adultos. Dos pasajes como muestra: Éxodo 21:15 y 17- “El que hiera a su padre o a su madre, morirá”; “Igualmente el que maldiga a su padre o a su madre, morirá”. Dos pasajes que nos dicen la importancia que le da Dios a las relaciones y al tipo de relación que los hijos han de tener con los padres. Claros y sin tapujos. Y no se refieren solamente al hecho (triste y patético) de que alguien pegue a sus padres o les diga: “Te maldigo”, que ya es grave. Maldecir significa sencillamente decir mal. Y Dios, desarrollando los Mandamientos donde nos muestra Su forma de ser, nos dice que esto es muy importante para Él.
Otro es Levítico 19:32: “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.” Aquí Dios nos muestra el respeto que quiere que mostremos a las personas mayores y lo enlaza como algo que no se puede separar a tenerle respeto a Él. Dicho en otras palabras, si no respetamos a nuestros mayores no podremos respetar a Dios. Lo uno sin lo otro no puede ser.
Por si alguien pensaba que sólo hay comentario de esto en el A.T., leemos en 1ª Timoteo 5:1 – “No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre… a las ancianas como a madres”. Esta palabra “exhortar” es una palabra un poco antigua, pero recogida en la RAE que nos dice que significa “Incitar a alguien con palabras a que haga o deje de hacer algo.” No es ordenar, sino persuadir amorosamente. Con respeto, prudencia y teniendo en cuenta que esa persona tiene más años y más experiencia que tú en muchas cosas de la vida.
Ahora es triste ver a ancianos desamparados, sin cuidar, sin respetar, en el mejor de los casos metidos en un asilo (mi respeto y reconocimiento a los/as trabajadores/as de estos centros que los atienden como personas) o siendo ridiculizados por personas que no se dan cuenta de que en unos años estarán en su misma situación….
Cuando esto no se hace así, la sentencia de Dios es muy clara: muerte, porque eso altera el orden y las cosas que Dios ha marcado como buenas para el ser humano. Déjame preguntarte: ¿jamás has hablado mal de ningún mayor o adulto? ¿Nunca has contestado de malas maneras a algún superior, padres o profesor? personalmente he de decir que unas cuantas bastantes veces…. Y hemos visto que la sentencia es clara: MUERTE. Pero, ¿sabes que? Jesús murió por estas cosas que para Dios son muy importantes. Jesús vino para solucionar el problema que lo que nosotros hacemos, decimos o pensamos nos impedía poder tener un encuentro con Dios favorable. Ahora, a través de Él, podemos acercarnos a Dios sin miedo pero con respeto y siendo enseñados por Él para tratar a las personas que nos rodean como Él quiere que las tratemos.
En el próximo artículo, trataré la otra parte: de los ancianos/adultos a los jóvenes. Dios te bendiga.
La esencia del Evangelio (2)
Este trabajo mío tiene cosas que no todo el mundo es capaz de soportar, pero tiene algunas que lo hacen especial, al menos en mi caso. Cuando conduces en larga distancia te da tiempo a ordenar pensamientos mientras escuchas el sonido del motor, ves las luces de los demás o pasa un compañer@ con el camión decorado (lo confieso, en esos momentos se me cae la baba)… Son esos momentos en los cuales puedes hilvanar ideas o rumiar un tema importante como el que estamos tratando. Os aseguro que muchas de estas cosas las he pensado en mi «despacho con volante» para luego ponerlas por escrito.
Alguien podría decirme que la Biblia habla mucho del pecado y eso es cierto. Sin embargo, de lo que más habla es de Alguien y es de Jesús. Es el gran tema central. Toca multitud de temáticas, hay diferentes tipos de libros con distintos estilos como libros proféticos, libros poéticos, escritura sapiencial, epístolas doctrinales, libros históricos y el relato de la vida de Jesús que conforman los cuatro evangelistas. Pero todos estos libros reunidos en un solo tomo nos transmiten un mensaje inequívoco y es que Jesús es el personaje central por diseño y autoría de Dios. Ese es el GRAN TEMA de la Biblia.
EL objetivo de Dios en todo el diseño, es mostrarnos a Jesús, lo que vino a hacer, lo que nos implica eso a nosotros y, sobre todas las cosas, cómo Dios es, siente, actúa y revela. Esto nos lo dice Juan 1:18 – «A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer». Eso es lo importante y revelador.
Naturalmente, obviar el tema del pecado sería quitar un tema capital de la Escritura. Pero ¿cuál es el lugar bíblicamente hablando que ocupa el pecado? Permitidme dar algunas indicaciones breves:
- El pecado es universal. Esta frase quiere decir que afecta a todos los seres humanos. En nuestros primeros padres, a raíz de su caída, quedó tocado el código genético humano de varias maneras notables. Entre ellas es que la maldad, el engaño, el orgullo se ve en cualquier ser humano desde muy temprano. «No hay justo ni aun uno», dice el apóstol Pablo en Romanos 1:10. Esto mismo nos señala la Ley dada por Dios una y otra vez.
- El pecado tiene consecuencias para el ser humano. La principal es su alejamiento de Dios cuando el lugar que ocupaba era muy distinto. El siguiente más evidente es la muerte. Si nos atenemos a una mirada física objetiva a nuestro cuerpo nos daremos cuenta de que ha sido diseñado para vivir. Por eso es tan frustrante para cualquiera tener que hacer frente a la realidad de la muerte y al deterioro físico. «La paga del pecado es la muerte», dice Romanos 3:23.
- El pecado tiene consecuencias manifiestas para el planeta en el cual vivimos. Esto también es fruto de la acción del ser humano donde lo que priman son los beneficios a costa muchas veces del ecosistema, de las personas y pasando por alto reglas de agricultura, especies autóctonas y muchas otras cosas más que no es posible explicar en una sola publicación.
- El pecado fue sacado del medio por Jesús en la cruz. «Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.» Colosenses 2:13-14
- Ahora mismo el gran pecado al que se enfrenta la humanidad es no reconocer a Jesús tal y como Dios mismo demanda. «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.» S.Juan 3:36
Esto es, a muy grandes rasgos, lo que la Biblia dice acerca del pecado. Es un tema trascendente porque nos toca a tí y a mí. Es importante explicarlo bien, pero no es el tema central. El tema central es Jesús y la gran pregunta que Dios tiene para el ser humano es: «¿Quién es Jesús para ti?»
Un mensaje para ti
Hoy quiero volver a hacer una cosa especial porque creo que está bien variar un poco en las presentaciones para que no se haga monótono el blog. También es que cuando oigo algo que toca el corazón o leo un artículo que ha escrito alguien, me gusta poder compartirlo para que también sea de bien para otros. Algo de todo esto mezclado es lo que me ha movido a compartir con todos los que seguís este blog el archivo que subo a continuación.
Por favor, si crees que puede ser de bendición para otros, compártelo también. Ya sabéis que tenéis libertad para comentar, preguntar o sugerir cualquier cosa en los comentarios.
La esencia del Evangelio
Eso de trabajar de noche conduciendo el camión tiene una serie de implicaciones que muy pocos conocen, salvo mi familia o los que tienen un trabajo similar. Llegas al fin de semana para estar con la familia y cuando llega el momento de dormir en el horario normal (por la noche, claro) pues te encuentras que el horario cambiado que llevas te impide conciliar el sueño… ¿Y qué haces? No sirve de nada contar ovejas (¿alguien hace eso de verdad?), juegas un rato con el teléfono o miras las redes, pones música… Todo lo mencionado anteriormente es usado por un servidor cuando me ocurre semejante situación, no obstante, esta vez me da por pensar. Sí, parece extraño, pero es así.
Últimamente estoy un poco preocupado con un tema que es muy importante, muy básico y sobre el cual han habido énfasis muy dañinos a mi entender en lo que dicen las Escrituras. La cuestión cuando decimos o alguien nos pregunta qué es el Evangelio es más simple de lo que parece. Para ser más específicos y bíblicos lo mejor es acudir a la Palabra de Dios (como siempre). Os pongo el pasaje:
«Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras..»
1 Corintios 15:2-4
Este es el mejor resumen o síntesis de lo que es el Evangelio. «Cristo murió por nuestros pecados» Esta es la Gran Noticia anunciada por las Escrituras en el Antiguo Testamento a través de las profecías, de pasajes poéticos y de textos sapienciales que encontramos en las páginas escritas. Este es el gran significado que mandaba el Tabernáculo erigido por Moisés, por mandato e instrucción de Dios, y más adelante también a través del Templo en Jerusalén. Todo esto era un gran anuncio de lo que iba a venir, mejor dicho, de Quien iba a venir.
También es la gran noticia anunciada a los magos de Oriente, a los pastores y a todos los que en aquellos momentos vivieron el nacimiento de Jesús. Fue algo sin precedentes en la historia. Por eso los ángeles cantaron de aquella manera estas palabras: «¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» S. Lucas 2:14.
Dios estaba haciendo algo que trascendía a la historia, que marcaba un antes y un después, más allá de que la humanidad cuente los años A.C./D.C. Era mucho más que eso. Él estaba poniendo una solución al gran problema del pecado del ser humano, esa insalvable barrera que le impedía acercarse a Dios. Si en la Ley mosaica el Dios de los cielos pone sus condiciones de vida para acercarse a Él e, inevitablemente, el ser humano se estrellaba continuamente de bruces con la realidad implacable de que es completamente imposible acercarse a Dios por cumplir la Ley; ahora por el contrario, Dios pone a toda la humanidad en una situación de privilegio porque el problema del pecado ya está solucionado por Jesús en la cruz.
Esta es la razón por la que enfatizar en demasía el tema del pecado es perjudicial al sentido de las Escrituras. El pecado ya no es un problema porque Cristo pagó por nuestros pecados en la cruz. «Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.» 1 Juan 2:2
Cuidado, no estoy diciendo que no se haya de hablar del pecado, eso es un tema del que la Biblia habla mucho y muy extensamente de manera que incluso a día de hoy vemos que hasta el planeta está afectado por esta cuestión palpable en la maldad, los asesinatos, el odio, los desastres ecológicos cuando no se tiene en cuenta el diseño de Dios, y una larga lista de cosas que la Biblia explica que son fruto del pecado y del rechazo a Dios. De hecho, explica muchas de estas y otras cuestiones que vemos en nuestra realidad mundial contemporánea.
La cuestión es que Jesús vino a este mundo a poner solución a algo que el ser humano por mucho que se esforzara, no podía ni puede llegar. ¡Qué bien!, ¡Qué bonito! ¿Y eso es todo? NO. De eso hablaremos en las siguientes entradas porque se ha de dejar hablar a las Escrituras. Dios tiene en Su plan y Su diseño de las cosas una serie de implicaciones que se han de tratar con detenimiento.
Déjame decirte una frase que escuché a una persona hace años: «El mundo puede ser salvo si lo quiere». Es cierto. No hay nada que te impida poder acudir a Dios tal y como lo revelan las Escrituras. De hecho, es Su gran deseo (inexplicable, pero es así) y ha puesto un único camino, una única ruta si me permitís usar esta expresión, en la persona de Jesús.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Hechos 4:12