- ¿Cuál es la edad de la Tierra?
Esta es una pregunta muy seria que merece ser contestada de una manera rigurosa, seria y sin escandalizarnos de que se haga, incluso en nuestros entornos eclesiales. Se ha llegado a decir que si no crees que la Tierra tiene 10000 años, no eres cristiano. Eso es porque toman la lista de genealogías y empiezan a contar hacia atrás y puedes hacer un cálculo (yo creo que he sido demasiado generoso en el número) más o menos exacto…. Lo curioso es que eso es la Historia de la humanidad en la Tierra, no la Edad de la Tierra. Son cosas diferentes.
Evidentemente entraríamos en un terreno científico con las pruebas que se hablan del Carbono14 y todas estas cuestiones técnicas que, evidentemente, no domino. No obstante, hemos de ser honestos al acercarnos a las Escrituras y dejar que ellas hablen, no que expongan nuestras ideas preconcebidas. Así que os doy unos apuntes:
- Los tiempos de los dos primeros versículos son diferentes de los tiempos verbales de los versículos siguientes. Indican un tiempo anterior a los versículos 3 y siguientes y emplean una expresión determinada adrede que es indefinida.
- Otro detalle es que, a partir del versículo 3 hay una frase que se repite en todo el proceso: “y dijo Dios”. Curiosamente no aparece en los dos primeros.
- Hay también un salto de tiempo indefinido entre el versículo 1 y 2. Nos pone “en el principio” o “el génesis”. ¿Cómo puedo saber que hay un salto de tiempo? En el v.2 dice que la “tierra estaba desordenada y vacía”. Si tomamos la traducción literal «desordenada» se me aparece un contraste con 1ª Corintios 14:33 y 40 donde da a entender que Dios es un amante del orden. El interlineal traduce en Génesis “informe”. No tenía forma. De hecho, en los versículos siguientes vemos que, primero de todo, Dios empieza a poner orden en las cosas. Por otra parte, sugiero que hay un salto de tiempo entre los dos primeros versículos por algo que sí sabemos y es que Dios es un Dios de orden. Aún en aquello que podemos considerar más caótico en la creación. ¿Qué pasó en ese intervalo de tiempo? Si somos honestos hemos de decir que la Biblia no nos arroja mucha luz al respecto. Pero sí que sabemos que hubo una rebelión en los cielos de aquel que dijo: “seré semejante al Altísimo”. Esto se encuentra en Isaías 14:12-17. Es un pasaje que, aunque habla contra Babilonia, en este párrafo podemos ver que hay alguien más detrás al ser denominado “Lucero” y resulta llamativo por dos detalles muy importantes:
- “¿Es este aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto?” Esto no es algo que el rey de Babilonia pudiera hacer de manera literal.
- Dice en el versículo 17 “nunca abrió las puertas de la cárcel” y si lo comparamos con 61:1-2 (pasaje tomado por Jesús en Lucas 4:18-19) donde dice “a los presos apertura de la cárcel”. Es muy curioso este detalle y más cuando Jesús exclama en la sinagoga “Hoy se ha cumplido esta escritura ante vosotros”.
Así que es probable que en ese intervalo de tiempo el desorden que había en la tierra ya creada es posible que fuera por este personaje cuyo propósito es, en palabras de Jesús: “hurtar, matar y destruir” (Juan10:10)
2-¿Qué sabemos de las batallas espirituales?
Del punto anterior deducimos que hay una dimensión que nosotros no podemos ver, que es el terreno espiritual. De esto la Biblia va dando retazos en diferentes pasajes. Para muestras quiero dejaros un pasaje que, para mí, es clave sin entrar en debates teológicos y puntos que no dicen las Escrituras. El pasaje es Daniel 10:10-21. Sé que es un pasaje largo y complicado de entender entre otras cosas porque está hablando en términos de realidades espirituales. No nos da más detalles y es una constante en los encuentros que tiene Daniel con diferentes “ángeles” (“enviados”, ese es su significado). En el capítulo anterior, sin ir más lejos, tiene un encuentro con Gabriel en los versos 22-23. “Al principio de tus súplicas se dio la orden”, pero Gabriel no llegó hasta el momento que dice el versículo 20 y por lo que se desprende del texto y la costumbre que tenía Daniel de pasar tiempo en la presencia de Dios en oración, fue largo y tendido. En el pasaje que tenemos en consideración nos dice algo que nos debe hacer pensar mucho. Está en el verso 12: “No temas, Daniel, porque desde el primer día que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido”. Esto nos lleva forzosamente al capítulo 1 y ¡habían pasado años!
Esto nos debe mostrar, al menos, dos cosas:
- Que el tiempo no pasa de igual manera en esa dimensión. Al menos no está sujeto a nuestro tiempo y a nuestro espacio de la misma forma.
- Que si somos honestos hemos de reconocer que NO sabemos qué es lo que ocurre, ni por qué ocurre y mucho menos la incidencia que tiene lo que pasa allí con nuestra dimensión. Y, permitidme decir, que a la luz de las Escrituras sí que tiene incidencia.
Entonces, ¿qué hacemos con estas personas que dicen que hay que atar los demonios o los malos espíritus de determinadas regiones o países? Lo curioso del caso es que toman un pasaje como Mateo 18:18 que dice “Todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” Es curioso que se tome este pasaje así, porque habla de un contexto de conflicto y muy concretamente en el entorno eclesial (la palabra Iglesia es la primera vez que sale en el NT). El término “atar” es un término jurídico por el cual una persona, llámese abogado o fiscal, podía mediante una ley ya escrita “atar” a un acusado o “desatarlo”, dejarlo libre o acusarlo. Esto se emparenta con la tentación que sufrió Cristo Jesús. El “ató” al diablo no literalmente (porque siguió molestándolo a Él y a nosotros) pero lo desarmó con tres “Escrito está” porque la palabra fue establecida. Vemos que no es el sentido en el cual muchos se expresan para atar entes espirituales. Lo curioso del caso es que nunca se usa para desatar…. Dejando ironías a un lado, creo que haciendo un estudio honesto y sincero de cómo hacían los apóstoles en el NT podemos llegar a la conclusión sin temor a equivocarnos de que nunca usaron la expresión “atar”. Te invito a que examines leas el libro de los Hechos de los Apóstoles y lo compruebes por ti mismo.
Entendemos, pues, que hay diferentes seres denominados “ángeles”, “arcángeles”, “serafines”, “querubines”, espíritus y otros seres espirituales dignos de un estudio de angeología (cosa que no podemos hacer ahora) pero que tienen unos puntos en común y que divido en dos categorías.
Lo que sabemos:
- Que hay batallas y actividad en esa dimensión.
- Que hay diferencias entre estos seres y diferentes grados y categorías.
Lo que no sabemos:
- La incidencia que tienen en nuestra dimensión, a qué escala y de qué manera a la medida de lo que allí ocurre.
- Las diferencias que hay entre esos seres no la conocemos.
Esto nos lleva al siguiente punto que os quería compartir
3. ¿Qué sabemos acerca de las implicaciones que tuvo la muerte de Jesús?
Está enlazado con lo acabamos de ver anteriormente, porque si hubo un hecho que cambió el curso de la humanidad fue la vida y, sobre todo, la muerte de Jesús juntamente con su resurrección. En el momento que leemos los evangelios acerca del doble juicio, la tortura, la crucifixión y la muerte de Jesús quedaríamos consternados por el espectáculo tan cruel y horrible que eso supuso para aquellos que contemplaron todos los hechos que nos relatan los escritores sagrados y otros historiadores. Algo sangriento, que daba grima ver a un hombre maltratado de aquella forma tan brutal para finalmente llevarlo la tortura de la crucifixión después de aquella carnicería.
Detrás de todo este espectáculo estaba ocurriendo algo que, si no nos lo revela Dios mismo, no tendríamos ni idea de lo que ocurría. A los ojos de muchos humanos aún hoy en día, Jesús fue un desperdicio de vida al morir tan joven con aproximadamente 33 años. Pero al leer en Colosenses 2:13-15 vemos una visión completamente distinta acerca de lo que estaba ocurriendo en Jerusalén en ese momento. Aquí podemos ver un poco de lo que decía anteriormente, que hay principados y potestades (no sabemos su categoría, ni cantidad, ni cuales son sus poderes o funciones concretas) pero que Jesús en la cruz les venció de una manera indescriptible e indescifrable de la que solamente tenemos referencia aquí que fue hecho público. ¿A quién? ¿Quién era el público en esa dimensión que no conocemos? Probablemente, casi con toda seguridad, que todos esos seres espirituales de todo el universo. Refrendando que su triunfo nos da la oportunidad de ser libres de verdad porque Jesús ocupó tu lugar y el mío. Y eso no se hizo en un rincón. Eso fue público tanto a los seres humanos como a los seres espirituales.
¿Cómo ha sido hecho esto? Sabemos que fue en esos momentos, esas horas horribles, cuando Jesús estaba sintiendo que su sangre caía a través de su cuerpo allí levantado entre la tierra y el cielo que ahí se produjo algo que, hasta ese momento, le era desconocido y que le produjo tremenda angustia hasta el punto de exclamar: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46) y que más tarde le hizo gritar a gran voz “¡Consumado es!” ¡Todo está hecho! Pero no sabemos ni podemos llegar a hacernos una remota idea de lo que eso supuso para Él ni para Dios el Padre. Sabemos que sufrió mucho por su compasión al ver el estado y la necesidad de las personas que convivieron con Él en su época, pero jamás sabremos por qué razón quiso exponerse a tal humillación, tortura, sufrimiento y muerte de manera totalmente voluntaria por ti y por mí cuando no tenía ninguna necesidad de hacerlo. Sabemos…. Sabemos que es imposible comprenderlo.
Pero, sorprendentemente, no se quedó ahí. Hay un pasaje que nos indica algo más de su actividad, tampoco es que dé muchos detalles, pero su implicación en nuestras vidas es brutal. Este detalle está en Efesios 4:8-13 donde se nos muestra algo increíble que no había tenido lugar en toda la Historia de la Humanidad hasta el momento. En pocas palabras, Dios empieza a equipar a las personas que se acercan a Él, en sus términos y condiciones, capacitándolas para que compartan el Evangelio y crezcan en el conocimiento del HIJO de Dios. Cosa que transforma nuestro vivir y nos equipa para lo que tengamos que atravesar en este tiempo que nos toca pasar aquí. Nadie en la Historia de la Humanidad ha podido pronunciar estas palabras: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). Muchas veces se asocia la paz a que representa la ausencia de guerra, de conflicto, de problemas. Lo que dice Jesús aquí es sorprendente: indica que quien tiene una relación con Él tiene una paz aún en tiempos de guerra, de incertidumbre, de problemas, de enfermedad, de aflicción. Una paz que sobrepasa todo entendimiento.
Hay muchas cosas de Dios que no entendemos. Dios se ha revelado en la persona de Jesús, curiosamente no para que sepamos más cosas acerca de Él, sino para tener relación con Él. La buena noticia es que Jesús lo ha ganado en la cruz para que tú y yo podamos tener acceso directo a su misma presencia. Una relación personal con Él única, profunda e incomparable.
“A veces pienso en la cruz, cierro mis ojos e intento ver los crueles clavos y la corona de espinas, y a Jesús crucificado por mí. Y aunque pudiera verlo morir, solo vería una pequeña parte de ese gran amor que es como fuego que siempre está ardiendo en Su corazón. Tú eres valioso para Dios. Eres único en tu composición, hecho a la imagen de Dios para un propósito particular. Lo que significa ser humano es ser hecho a la imagen de Dios, lo que significa encontrar tu destino es encontrar a tu Creador que te ha creado y por qué te ha creado para un propósito. Así que, en términos generales, el Imago Dei, en términos particulares no es “quién eres” solamente lo que te define, sino “de quién eres”. Para mí Jesucristo provee una respuesta coherente. En la encarnación, Él identifica mi maldad, provee para mi maldad, me atrae a esa relación, me lleva a través del proceso del sufrimiento. Me muestra la pureza de Jesús mismo en la manera en que Él enseñó y vivió. Y, al final, al resucitar de entre los muertos, me enseña que el tiempo es meramente algo temporal. Nosotros estamos aquí por la eternidad, y solamente Él puede llevarnos, a través de la cruz, más allá de la tumba abierta, hasta la misma presencia de Dios. – Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre son las que ha preparado para aquellos que le aman- (1ª Corintios 2:9). No hay ninguna otra visión del mundo que pueda darte respuestas correspondientes y coherentes a las cuatro preguntas de la vida con consistencia lógica, suficiencia empírica y relevancia en la experiencia. Él es “el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre excepto a través de Él”. Él describe tu corazón, Él provee por tu maldad. Él te equipa en sufrimiento. Él pone significado a cada momento en la Historia. Y Él conquista la muerte a través de su resurrección en la tumba. Ríndete a Él. Ámalo. Síguelo. Sírvelo. Vive por Él. Y lleva su mensaje a donde sea que vayas.”
Ravi Zacharias
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